No dejes que nadie te quite tu bendición
A veces la bendición está en nuestras manos y terminamos perdiéndola, ¿y sabes por qué? Por esta misma razón aquí: “Toma la vara, y reúne a la congregación, tú y Aarón tu hermano, y habla a la roca, delante de sus ojos, y dales agua; entonces les sacarás agua de la roca y les darás de beber a la congregación y a sus animales ... Y Moisés y Aarón reunieron a la congregación delante de la roca, y Moisés les dijo: Oíd ahora, rebeldes, ¿sacaremos agua de esta roca para ustedes? Entonces Moisés levantó la mano y golpeó la roca dos veces con su vara, y salió mucha agua; y bebió la congregación y sus animales. Y el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Como no creíste en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por lo tanto, no traerás esta congregación a la tierra que les he dado. Números 20: 8-12
Moisés perdió la bendición de entrar en la tierra prometida por culpa de aquel pueblo rebelde. Él, en un acto de ira, tal vez, hirió la roca dos veces, dejándose llevar por el momento y olvidando que Dios le había dicho que solo le hablara a la roca. Vea que por desobediencia, causada por terceros, Moisés perdió.
¿Y cuántas veces nos pasa lo mismo también? El diablo está constantemente buscando maneras de amarrar y robar nuestras bendiciones. Nunca se cansará de luchar contra nosotros, por eso tenemos que estar más atentos, vigilantes y no caer en su trampa. Por ejemplo, ¿cuántas veces la persona está en la fe, firme con Jesús, feliz y alguien viene a sembrar discordia, un malos ojos contra otra persona, contra la Iglesia, y qué sucede? Si no v
Que Dios bendiga a todos y nos vemos la próxima vez.
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